jueves, 8 de agosto de 2013

Llueve sobre mojado

Las estrellas, parecen tranquilas desde abajo. Recuerdas, mientras el viento acaricia tu rostro. Piensas en tantas cosas, que te resultaría difícil expresar algo en concreto. Al final solo te das cuenta de una cosa, te das cuenta que la vida ha pasado mas rápido de lo que imaginabas, te das cuenta, que la última vez que pensaste esto, eras una niña. Respiras, intentas aprovechar ese momento de tranquilidad, cierras los ojos, mientras el viento fresco de la noche te envuelve, lo sientes. Cuando abres los ojos, te ves en aquel lugar, insegura, tal vez diferente.
Dicen que la ilusión es lo último que se pierde, que al mal tiempo buena cara, que a buen entendedor con pocas palabras le basta, que nunca llueve a gusto de todos y que en tiempo de guerra cualquien agujero es bueno para ser trinchera. No siempre tienes ganas para recuperar esa ilusión, que algún día perdiste, o de sacar esa sonrisa a pesar de todo, tampoco nos hacen falta muchas palabras para demostrar que estamos ahí, y somos totalmente capaces de refugiarnos en el mas mínimo detalle.
Puede ser que el error no este en nosotros mismos, sino, en todo lo que nos rodea. Puede que nos empeñemos en vivir una vida que no nos pertenece, puede que hasta nuestros propios sueños nos queden grandes, y que sin embargo, estamos empeñados en cumplir.
Comprender que el querer no lo es todo, que no se puede echar de menos lo que se tiene al lado, y que aunque se pueda empezar de cero siempre que sea necesario, lo poco gusta pero lo mucho cansa.  

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